domingo, 16 de octubre de 2011

RELACIÓN ENTRE TEMPERATURA Y CO2


Para entender mejor el calentamiento global es favorable analizar como se han desempeñado las temperaturas a lo largo de la historia, comparar esas magnitudes con las manifestadas durante los últimos años, las fluctuaciones que presentan, los patrones que se desarrollan, observar si se ha producido un aumento exponencial como el presente; y mejor aun, comparar las tendencias térmicas con las variaciones en la concentración de CO2 atmosférico, para intentar comprobar que este último influye directamente en la temperatura global.
Hace pocos años se publicó un gráfico que compara las temperaturas y las correspondientes concentraciones de CO2 durante los últimos 425.000 años. Estos datos fueron obtenidos del analisis del hielo antártico. Ocurre que cuando la nieve cae atrapa pequeñas burbujas de aire que quedan encapsuladas en el hielo y ofrecen una muestra representativa de la atmósfera en el pasado. De esta manera, se evalúa la concentración de CO2; y mediante el análisis de las concentraciones presentes de los tres isótopos del oxígeno (oxígeno 16, oxígeno 17 y oxígeno 18), se puede establecer la temperatura que presentaba la Tierra.
Durante la mayor parte de los últimos 425.000 años (excepto los últimos 150 años), la concentración de CO2 ha variado entre 180 ppm y 280 ppm; pero el valor actual es de 380 ppm, y se prevé que si no se realiza ningún esfuerzo por reducir las emisiones, para el 2040 la concentración de CO2 se habrá duplicado
.
Resultado del sondeo de hielo de Vostok (Antartica). Completado con datos de concentración de CO2 de Law Dome y de Mauna Loa (Hawai).
El gráfico anterior tiene múltiples detalles que convienen entender para comprender la relación entre el CO2 y la temperatura, y concluir si el aumento del CO2 actual pudo haber originado la tendencia de aumento de la temperatura y ocasionaría potenciales aumentos en el futuro:
Cuando la concentración estuvo en su máximo, el mundo era más cálido que en la actualidad; mientras que cuando la concentración estuvo en sus puntos más bajos, se correspondieron con las temperaturas más bajas registradas. Esto evidencia que existe al menos algún tipo de relación directa o indirecta entre ambas variables.
La realidad es que existe una estrecha relación recíproca entre la temperatura global promedio y la concentración de CO2. Es evidente que un aumento o descenso de la concentración de CO2 afectará a la temperatura, debido a que este gas regula en gran medida con que intensidad se manifestará el efecto invernadero. Por otro lado, la concentración de CO2 atmosférico es influida por la temperatura; esto se debe a que existe un intercambio permanente de CO2 entre la atmósfera y los océanos. Una razón fundamental del descenso del CO2 atmosférico es que a medida que las temperaturas bajan los océanos más fríos disuelven más CO2. Pero el gas se disuelve y también es liberado en la atmósfera, por eso un aumento de la temperatura disminuye la capacidad del océano de retener al CO2 y este escapa a la atmósfera.
Aunque una disminución de la concentración de CO2 provocaría el descenso de la temperatura, en ocasiones las reducciones de CO2 atmosférico a lo largo de la historia no empiezan hasta después de que se haya iniciado un periodo de enfriamiento; mientras que cuando el clima se está calentando, se libera más CO2 a la atmósfera, aumentando aún más las temperaturas globales. Esto se denomina bucle de respuesta positiva. Entonces, al finalizar una edad de hielo, las concentraciones permanecen bajas durante algún tiempo hasta el período de calentamiento. Pero a medida que el clima se enfría, la concentración de CO2 disminuye y esto tiene un mayor efecto de enfriamiento. Esto significa que no siempre los cambios de CO2 no pueden ser el motor que inicia estos importantes cambios climáticos.
Ahora, si sabemos que la temperatura actual de la Tierra está sólo 3ºC por debajo de los registros máximos, según el gráfico anterior, no resultaría lógico que la concentración de CO2 atmosférico siga creciendo alcanzando niveles aun no observados y creando la potencialidad de experimentar temperaturas que se correspondan a dichos niveles. Pero hay que considerar un factor que es el que está originando estos cambios irracionales para la naturaleza de los últimos 425.000 años: las actuales 7,7 toneladas métricas de CO2 anuales emitidas por las actividades humanas posteriores a la Revolucion Industrial, como la quema de combustibles fósiles, la tala de árboles y el uso indiscriminado de los suelos.
Para observar con mayor claridad la relación entre la temperatura y el CO2 atmosférico podemos analizar su evolucion durante el último milenio en el siguiente gráfico:
Nuevamente las correspondencias entre ambos son muy claras. Se puede observar que el actual aumento de la temperatura es precedido por un crecimiento exponencial del CO2 atmosférico que comienza a manifestarse en el momento exacto cuando comienza la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII. Esto resulta otra evidencia de que la responsabilidad del cambio climático reside en las actividades industriales humanas que liberan CO2.

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